I          D          E          A          R          I         O

XXXXXX--------------- Mi temperamento artístico se inclina de manera natural hacia el lenguaje pictórico como sistema expresivo. Incluso manejando la palabra, oral o escrita, me observo en clara tendencia  hacia la plasticidad.

La Pintura responde a mi demanda de libertad creativa. Al ser un medio directo que facilita el reconocimiento inmediato de un estilo, de una personalidad artística, me resulta el más adecuado para proyectar mi identidad.

Entiendo la práctica pictórica como enfrentamiento a solas con sus mecanismos más esenciales, casi como un intento vano de querer descifrar su enigma.

Destacaría el proceso creativo como punto relevante de la creación, pues es el momento de  búsqueda de soluciones plásticas que se ajusten a mis necesidades internas. Lo vivo como un devenir, algo que, aun materializado en la obra, continúa su avance con mi propio recorrido vital.

Trabajo con el convencimiento de que el arte es un desafío en el que es preciso correr el riesgo que supone la apuesta.

Mi visión personal se impone a las convenciones de la realidad objetiva, por lo que la obra constituye un microcosmos con leyes propias, sin la distracción de aspectos narrativos. De ahí que considere la temática como un pretexto para mis intenciones formales.

Cuidar la forma revela el deseo de ofrecer lo mejor, engrandeciendo a quien la recibe. Es en ella donde se da la síntesis entre lo oculto y lo visible. Y será el pensamiento intuitivo el que permitirá comprender esta unidad, consumándose así la experiencia estética.

Persigo que la obra envuelva con su atmósfera indefinible, al igual que ocurre en la Música, la Danza o la Poesía. Señalo con esto la temporalidad de la Pintura y cómo la imagen produce una resonancia, algo indescifrable que recogen los sentidos fugazmente, traspasando lo racional. 

Para mí, es el color el verdadero generador del cuadro. Su empuje puede someter quizás al resto de elementos constructivos. Pretendo que todo el conjunto muestre un juego equilibrado de tensiones que aporten dinamismo visual y fuerza expresiva.

Me siento heredera de las primeras vanguardias del siglo XX por sus rupturas formales, intencionados paradigmas de nuevos conceptos artísticos y preocupaciones existenciales.

Siempre desde la relación entre las artes, mi línea de pensamiento se dirige hacia la reflexión sobre el proceso de creación y los comportamientos artísticos, la interpretación crítica y sensible de la imagen, y la apreciación estética del arte y la vida,